之前我完全以工作為重。我想要在大公司工作並擁有顯赫的職位,因為這是我對成功的定義。不久後,我卻被診斷出血癌。在某一次的醫生訪視時,他問我:「你有任何宗教信仰嗎?」我說:「沒有。」他接著回應:「你現在最好有個信仰。」醫生自己也無法確定我是不是能夠撐過這一切。
(點下繼續)
(1/2)
中/En/ Es
之前我完全以工作為重。我想要在大公司工作並擁有顯赫的職位,因為這是我對成功的定義。不久後,我卻被診斷出血癌。在某一次的醫生訪視時,他問我:「你有任何宗教信仰嗎?」我說:「沒有。」他接著回應:「你現在最好有個信仰。」醫生自己也無法確定我是不是能夠撐過這一切。我記得在我第三次化療後,我和我爸回到家,我倆的心情都相當凝重。我們不知道我下次還有沒有機會回到家。我一直在奮戰也很正向,但同時我也在為最壞的結果做打算。我一直在準備自己好好面對死亡。在那段時間,我會讀著大家寄給我的打氣卡片。這些卡片提醒著我我並不是孤軍奮戰。我是被大家愛著的。
在化療階段,我並不清楚什麼在前方等著我。醫生們為我和妹妹做了骨髓捐贈基因檢測,但我們不合。接著他們去了血液資料庫裡尋找適合的配對。他們跟我說找到了一筆資料與我配對成功,但我不敢興奮得太早,因為好多事情都可能在這過程中出錯。接著醫生們跟我說捐贈者確定是健康的,骨髓移植的手術也確定會進行。這帶給我希望。我彷彿看到隧道終點的一絲亮光。
--------------------------------------------------------------------
Before, I was career-oriented. I wanted to be in a big company with a big position because that’s how I valued success. Later on, I was diagnosed with Leukemia. During one of the doctor’s visits, he asked me “do you have a religion?” I said “no.” He responded “you better have one now.” He wasn’t sure whether I could make it. I remember after my third chemo, my dad and I went home and we were both stressed out. We didn’t know whether I could be at home for the next time. I was fighting and remained positive but also getting ready for the worst. I was preparing myself to accept death. During that period, I would read the cards that people sent me. They reminded me that I wasn’t alone and that I was loved.
Throughout chemo sessions, I didn’t know what lay ahead. The doctors did a genetic matching test with my sister and I, and it’s not a match. They went to the blood database. They told me they found one perfect match for me. I didn’t want to get excited then because tons of things could be going wrong. And then it came a moment that the donator was confirmed to be healthy and the transplant was for sure to be undergone. This gave me hope. I could see the glimpse of light at the end of this tunnel.
--------------------------------------------------------------------
Hace un tiempo, mi objetivo eran los estudios; quería ser un alto cargo en una gran empresa, porque era así como yo valoraba el éxito. Más adelante, me diagnosticaron Leucemia. En una una de las visitas al médico, me preguntó: “¿eres de alguna religión?”. Le contesté que no y él añadió: “deberías ser de alguna ahora”. No me aseguró que pudiese curarme. Recuerdo que después de mi tercera sesión de quimio, mi padre y yo nos fuimos a casa muy nerviosos. No sabíamos si podría seguir en casa hasta la próxima sesión. Yo luchaba y me mantenía positivo, pero a la vez me preparaba para lo peor. Me preparaba para aceptar la muerte. Durante aquel periodo, pasaba tiempo leyendo las cartas que la gente me enviaba. Me hicieron recordar que no estaba solo y que la gente me quería.
A lo largo de las sesiones de quimio, nunca sabía qué sería lo siguiente. Los médicos hicieron un test de compatibilidad genética con mi hermana y conmigo, pero no funcionó. Accedieron a la base de datos sanguínea, y me dijeron que encontraron a un donante compatible conmigo. No quise hacerme ilusiones en aquel momento porque había muchas cosas que podían ir mal. Y entonces llegó el momento en el que se confirmó la buena salud del donante y que, por lo tanto, el transplante podía realizarse sin problemas. Eso me dió esperanza. Pude ver la luz al final del túnel.
Search